jueves, agosto 10, 2006

Día 20 y 21

  • ¡Volvió Agustín! Dice que anduvo enfermo toda la semana. El martes llegó y pidió rápido una cucharita, para comerse su yogur antes de que llegara Martín. ¿Por qué? le pregunté. Porque Martín no quiere que coma yogur... ¿Cómo que no? lo interrumpí. Y no, porque quiere que no haga nada, que llegue y me ponga a trabajar... ¡Eh, bueno! ¡Pero un yogur! le dije yo. La verdad que este Martín está medio loco, es un obrero workaholic.
  • El 21 además vino la dueña de casa, con lo cual este blog se volvió completamente inútil, y ésa es la razón por la cual tardé tanto en volver a publicar. De todas formas sigo escribiendo, porque a pesar de todo es un impulso que me supera, es decir, una necesidad... ¡la de ver este blog terminado!. Como la terraza.
  • La dueña de casa demoróse como 24 horas para ir a chusmear cómo va quedando allá arriba... ¡Humpf! :( La perdonamos sólo porque después del supergranizo que les dejó celulitis a los autos porteños, el tiempo en Buenos Aires si bien "amejoró", como dice Martín, también nos azotó con un frío polar que nos tuvo a todos tiritando. La verdad es que subir a la terraza era un suplicio.
  • Suplicio o no, Martín y Agustín se la pasaron allá arriba y Martín tan workaholic que se quedó como hasta las 8 o 9 de la noche. Por supuesto que Agustín muy inteligentemente ya se las había tomado en su horario habitual de las seis y diez.
  • El martes nos divertimos toda la tarde con Pi y además recibimos la visita de mis recientes huéspedes, Los Pulidores. Éstos se habían quedado aquí en el Marianita´s Hotel domingo y lunes y dicen que el servicio es * * * * * (cinco cucarachas) a pesar de que yo lo había calificado sólo con cuatro. No se pudieron quejar, tuvieron run sérvis, desayuno con alquiler gratis de exprimidora de naranjas en caso de querer hacerse un jugo (quisieron), sacotinos a los cuatro quesos con crema riquita con jamón y ciboulette de la huerta del hotel para la cena y servicio despertador a cargo de Lulú.